Bueno, tras ganar el concurso de Réquiem,
me toca reseñarlo. Elegir una frase en particular me resultó muy difícil, el
libro está lleno de grande oraciones, porque Lauren Oliver, desde mi punto de
vista es una autora espectacular, pero eso lo dejaremos para luego.
Recordando un poco de
Pandemonium, Lena, tras la “muerte de Alex” se convierte en una chica nueva,
fuerte, que no se deja dominar con facilidad. La vemos como poco a poco es más
activa en la resistencia junto con Raven y Tack, y así conoce al hijo de Thomas
Fineman (el manda más de América sin deliria –ASD-), Julián, un muchacho que
estuvo enfermo de cáncer y que pronto tendrá que someterse a la operación de la
que no sabe si saldrá con vida, lo que le convierte en un icono para los jóvenes
que están a favor de la cura. Tras muchos hechos, Lena comienza a sentir algo
por Julián (¿Y quién no?). Y es ahí, cuando comienza a sentir cosas por Julián,
cuando se entera, que su gran primer amor, Alex, está vivo. El libro está escrito en capítulos en pasado y
otro en el presente donde se enredan los hechos para que entiendas todo lo que está
afrontando Lena
Réquiem, por su parte esta visto
desde el punto de vista de Hanna y de Lena. Creo, que esto es lo que más me
gusta del libro. Soy muy fan de la saga, pero particularmente, nunca fui muy
fan de Lena, solo en Pandemonium, con su inmenso crecimiento como personaje me sentí
mas atraía a ella, pero otra vez en Réquiem me sentí alejada. A pesar de lo que
pasa su personaje, de la guerra y de lo triste de lo que la rodea, ella se fija
más en sus propios sentimientos que en el mal que les persigue.
Alex, es un personaje
totalmente diferente, ya no vemos al muchacho que destila ternura, gracia y que
enamoraba con sus palabras. Ahora es rudo y terco, tras pasar los peores
momentos de su vida en las criptas. Cuando pudo escapar se encontró con que
Lena de alguna manera había pasado página y estaba con Julián.
Julián sigue siendo para mí el
personaje más encantador de la trilogía, y no puedo mentir, me encanta, estoy
totalmente enamorada de él, de su fuerza y su garra, como habla y se acaba
ganando a todo el mundo. De cómo afronto la enfermedad y decidió dejar todo
para estar con Lena sabiendo que su futuro era incierto. Sigue siendo el mismo
muchacho que aprovecha cada segundo para acariciar a Lena y decirle bonitas
palabras, la espera, espera que ella quiera elegirle y es muy paciente con
ella. Además intenta acercarse a los demás del grupo, hacerse un hueco y
gustar, ya que es bastante difícil que los demás confíen en el hijo de Thomas
Fineman.
El libro comienza a Lena y los
demás reencontrándose tras la estadía en Nueva York, Alex es lejano a Lena, y Julián
paciente. Mientras, dentro de los muros
del mundo de los curados Hanna prepara todo para su vida con Fred el hijo del
fallecido alcalde que pronto se convertirá en alcalde. Hanna está curada, esta
diferente, pero a la vez su esencia sigue ahí. Su vida es perfecta, se va a
casar con alguien de dinero y poder, está más bella que nunca y nada puede ir
mal para ella. O eso es lo que piensa hasta que se encuentra con Jenny la prima
de Lena que hace que algo se le active dentro llegando a creer que su cura está
mal realizada. Por lo que decide que quiere saber más de lo que paso con la
familia de Lena, y así poco a poco va despertando y viendo que ni los buenos
son tan buenos ni los malos son tan malos, y que su propio novio no es la
persona que ella creyó que sería. Las caretas se van cayendo, y Hanna se da
cuenta que su vida no será tan perfecta como ella misma cree. Lena, por su
parte sigue con su “si pero no” personal,
“ahora quiero decirle a Julián que lo quiero pero tengo celos de Alex y
Cora” mientras el grupo se dirige a mil y una peripecias, todo está mal, cada
vez hay más hambre, la gente pelea hasta por un cigarro.
Así que finalmente, vemos como
los hilos se van moviendo y Hanna acaba reencontrándose tras los muros con
Lena, ambas están cambiadas, pero una vez más Hanna deja a Lena huir a su
destino y ella definitivamente hará lo mismo.
Sin duda, en este libro mi
personaje favorito es Hanna, porque al tener la vida solucionada, pensamos que
será simplemente egoísta y centrada en su felicidad, pero aún así vemos como
tras ver a Jenny decide interesarse más sobre lo que pasa a la gente pobre, más
concretamente a la familia de Lena, incluso, pensando en la propia Lena a cada
momento. Vemos como su cariño por la primita de su mejor amigo, Grace, sigue
ahí y esta decide ayudarla. Nunca había sentido esta cercanía hacia su
personaje, pero finalmente en este libro me acabo conquistando.
Lauren Oliver, como siempre se
luce con un vocabulario actual, con palabras que pueden entender todos los públicos
y un libro muy ameno, aunque quizás un poco menos que los otros dos anteriores.
Aún así devoras el libro hasta la última hoja con ganas de más, o por lo menos
yo me quedé con ganas de más.
Su final es claramente
positivo, sin dar mucho spoiler de esto,
creo que todos queremos
saber realmente más de las decisiones de Lena, las cuales quedaron totalmente
abiertas al pensamiento del lector, o a la idea de “el amor es el amor, no se
elige, simplemente llega” y por ello, no tenemos un claro ganador para su
corazón (aunque la gran mayoría dirá que acaba con el mismísimo Alex)
En cuanto a mi frase favorita del
libro, o de cabecera para él elegí un pequeño textito que para mi resume lo que
nos quiere explicar Lauren en esta saga, dice así.
“Bienvenidos al mundo libre, le damos a la gente la capacidad de
elegir. Pueden incluso elegir la opción equivocada. Bonito ¿no?” (Pipa)
Creo que de esto se trata la
saga, de la oportunidad de elegir, de realmente poder querer y sentir lo que
deseamos, que el mundo a nuestro alrededor puede estar cayéndose, pero que
nadie nos quite la capacidad de poder elegir, aunque sea una mala elección, es
nuestra elección, que nos hace débiles o fuertes, pero es lo que queremos. Y
por ello es por lo que luchan Lena, Alex y los demás.